martes, 26 de enero de 2016

Whatsapp y un teléfono 901 para que los menores protejan sus datos en Internet



Fuente: ABC

El ministro de Educación firma un convenio con la Agencia Española de Protección de Datos para preservar la intimidad de los jóvenes en las redes sociales



La directora de la Agencia Española de Protección de DatosMar España Martí, y el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, han firmado un convenio marco «para el impulso de la formación y sensibilización de los menores de edad en materia de privacidad y protección de datos, en particular en Internet». Dentro de esta colaboración entre ambas instituciones, figura la apertura de un número de teléfono (901 233 144) y un Whatsapp (616 172 204), que se suman a la dirección de correo electrónico ( canaljoven@agpd.es), en donde menores, padres o profesores pueden consultar cualquier duda referente a la protección de sus datos y de su intimidad en las redes sociales.

Méndez de Vigo inauguró en Madrid la jornada «Confiar en la fuerza de la Educación», en la que en distintas mesas se abordarán temas de violencia de género, grupos vulnerables, ciberacoso, protocolos ante el maltrato entre iguales y formación de la comunidad educativa. De todos los proyectos que los centros o comunidades autónomas, el ministerio recogerá los de mayor éxito «para usar como ejes del futuro Plan de Convivencia en las aulas», confirmaba a ABC Marcial Marín, secretario de Estado de Educación, encargado de clausurar esta tarde el encuentro educativo.


A partir de esas experiencias exitosas, el ministerio elaborará un borrador que trasladará a la Comisión General de Educación para la redacción final del Plan Nacional de Convivencia en las aulas, aunciado por Méndez de Vigo este pasado verano, poco después de sustituir a José Ignacio Wert al frente del Ministerio de Educación. Durante la firma del convenio, Méndez de Vigo anunció también la puesta en marcha de una página web del Ministerio (http://www.mecd.gob.es/educacion-mecd/mc/convivencia-escolar/inicio.html«específicamente dirigida a mejorar la convivencia». Antes de finalizar el acto de la firma del convenio, el ministro quiso lanzar un mensaje a las familias, asegurando que «Desde el ministerio apostamos por la convivencia en las aulas y declaramos la tolerancia cero al acoso».

¿Tu hijo o tu hija te ha dicho que es homosexual? Acompáñalo/a y muéstrale todo tu apoyo



03/03/2014

A pesar de que hoy en día la homosexualidad es un hecho cada vez más aceptado socialmente, para muchas personas representa un problema de aceptación y convivencia social. Especialmente para los más pequeños, a quienes puede costarles aceptarlo y, sobre todo, afrontar la reacción de sus compañeros y familiares.
Muchas personas empiezan a darse cuenta de su homosexualidad durante la adolescencia o incluso un poco antes. A pesar de que la sociedad es cada vez más abierta y tolerante frente a las personas homosexuales, y parece que su aceptación social aumenta, aún hoy día muchas personas viven su condición homosexual como un problema.
En el caso de los adolescentes homosexuales (o preadolescentes) pasan en general por un largo proceso de aceptarse a sí mismos que puede ser largo y difícil. Especialmente, porque algunas veces el entorno no les facilita el proceso de aceptación.
Un adolescente gay siente dificultades para explicar a sus padres la naturaleza de sus sentimientos, y de hecho, antes de hacerlo, es probable que trate de engañar a los demás, y sobre todo a sí mismo. Por ello, es importante que la familia transmita confianza a los niños, y sepa comunicar que siempre ofrecerá apoyo al hijo sea cuál sea su orientación sexual. De este modo, temerán menos comunicarse con los padres y estos podrán ayudarle mejor si el hijo lo precisa. En cualquier caso, cuando los adolescentes explican su homosexualidad a los padres, esperan que la familia les acepte tal y como son.

El momento de conocer la noticia
Por muy preparado que se esté, y por muy sensibles que sean los padres con esta posibilidad, la noticia inicial siempre provoca una sorpresa, y debe ser asimilada. Una reacción típica de los padres puede ser tratar de reinterpretar lo que el hijo les ha dicho, o preguntarle varias veces si está seguro. Es un hecho a evitar, pues por más veces que se pregunte, la realidad no va a cambiar. Los padres deben saber que, en realidad, la homosexualidad es una expresión más de la sexualidad humana, y por lo tanto no es un hecho degradante ni se trata de una enfermedad.
Además, los padres deben comprender que el hijo o hija no ha elegido ser homosexual. Simplemente es una realidad, y tu hijo debe vivir de acuerdo con ella, respetándose a sí mismo, a los demás y tratando de ser feliz y hacer felices a los suyos. En este punto, es importante que tengas presente que la sexualidad no es orientable ni modificable, y tratar de cambiar a un hijo en este sentido es siempre un error.

Culpabilidad y miedos
Puede darse el caso de que los padres se sientan culpables, o incluso que traten de culpabilizar a la pareja. Un hecho que debe evitarse, pues nadie tiene la culpa de la homosexualidad ni, de hecho, existe “la culpa”. Otro sentimiento que puede invadirte si tu hijo te explica su homosexualidad es el miedo a que sea diferente y al trato que puedan darle los demás. Los siguientes tres consejos pueden ayudarte a deshacerte de este sentimiento:
  • Tratad de aprender y crecer juntos como personas, dejando el miedo a un lado. Descubrid poco a poco la nueva realidad y conocedla lo mejor posible. Comprender mejor la realidad de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales elimina muchas de las preocupaciones que los padres pueden sentir.
  • Orienta tu comprensión hacia tu hijo, y observa qué actitudes o palabras pueden herirle.
  • Evita sentir frustración por no haber detectado la homosexualidad en tu hijo. Recuerda que es una realidad que no puede cambiar, así que haberlo sabido antes no te habría permitido impedirlo.
Aceptación de la realidad
Los padres deben llegar a esta fase. Así, la comunicación con el hijo sobre el hecho de su sexualidad les resultará, poco a poco, algo natural y carente de cualquier dramatismo. Una vez más, en este punto, la comunicación se presenta como algo fundamental.
Un hecho importante es reconocer el esfuerzo, y muchas veces, la angustia que habrá tenido que sufrir un hijo para aceptarse tal como es. Que los padres lo admitan es algo que puede ayudarle mucho, así como pedirle disculpas si en algún momento no se le ha prestado toda la comprensión que se le podía dar.
Un punto destacable es no volver atrás, a otros puntos del proceso. Volver a intentar negar la realidad, volver a examinar las posibles causas de la homosexualidad o sentir culpabilidad de nuevo son cosas que pueden hacer que el adolescente no se sienta aceptado nunca. Otra actitud a evitar es la resignación de carácter fatalista (mi hijo es así, no ha podido evitarlo, qué se le va a hacer). Recuerda que una tendencia sexual no es ni una suerte ni una desgracia, simplemente es un hecho con el cual convivir.

Referencia bibliográfica:

El Gobierno pondrá en marcha un teléfono contra el acoso escolar

Educación presentará ante el Consejo de Ministros un plan contra el maltrato en las aulas

Méndez de Vigo (i) en los premios "Una Constitución para todos". el 11 de enero. F. A. EFE

              El Ministerio de Educación ha anunciado este miércoles que a partir de junio habilitará un teléfono de atención para las víctimas de acoso escolar, similar al de quienes sufren violencia machista. El servicio, en proceso de licitación, será gratuito y quienes llamen podrán ser atendidos por expertos en psicología, pedagogía y justicia.
El ministro de Educación en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado que el viernes llevará al Consejo de Ministros un plan de actuación contra el acoso escolar que ha cerrado la Comisión de Subsecretarios y Secretarios de Estado.
Méndez de Vigo, quien ha subrayado que es "muy importante la sensibilización de padres, centros escolares y de otros niños", ha explicado que el teléfono gratuito podría ser una línea 900 o bien una de tres cifras.
"Queremos que no haya un grito solitario, que tengan a alguien a quien decírselo y en quien confiar", ha apuntado el ministro sobre un problema que se ha visto agravado por la revolución tecnológica, pues las amenazas o insultos se trasladan del patio del colegio a las redes sociales.
"Hay que denunciar, no tener miedo. No es posible que exista un niño con miedo. En esta lucha están implicados padres, profesores, el Gobierno y las Comunidades Autónomas, que quieren contribuir a que la violencia escolar deje de ser un problema", ha argumentado el ministro.
El titular de Educación ha señalado que este servicio se pone en marcha tras casos como el de Diego, el niño de 11 años de Leganés que se suicidó en octubre, o el de Arancha, una adolescente de 16 años que se lanzó al vacío de su bloque de pisos tras ser víctima de acoso escolar.

lunes, 4 de enero de 2016

...ya llegan los Reyes


El camello cojito

El camello se pinchó 
con un cardo del camino 
y el mecánico Melchor 
le dio vino. 


Baltasar 
fue a... repostar, 
más allá del quinto pino... 
e intranquilo el gran Melchor 
consultaba su "Longinos". 

-¡No llegamos, 
no llegamos 
y el Santo Parto ha venido!. 
-Son las doce y tres minutos 
y tres reyes se han perdido. 

El camello cojeando, 
más medio muerto que vivo, 
va, despeluchando su felpa 
entre los troncos de olivos. 



Acercándose a Gaspar, 
Melchor le dijo al oído: 
-¡Vaya birria de camello 
que en Oriente te han vendido!. 
A la entrada de Belén 
al camello le dio hipo. 
¡Ay qué tristeza tan grande 
en su belfo y en su tipo! 
 
Se iba cayendo la mirra 
a lo largo del camino, 
Baltasar lleva los cofres, 
Melchor empujaba al bicho. 

Y a las tantas ya del alba 
-ya cantaban pajarillos- 
los tres reyes se quedaron 
boquiabiertos e indecisos, 
oyendo hablar como a un Hombre 
a un Niño recién nacido. 

-No quiero oro ni incienso 
ni estos tesoros tan fríos, 
quiero al camello, le quiero, 
le quiero -repitió el Niño. 

A pie vuelven los tres reyes 
cabizbajos y afligidos, 
mientras el camello echado, 
le hace cosquillas al Niño. 
 
Imágenes de María G. Martín